¿Ya estás pensando en tus vacaciones de verano? ¡Entonces es hora de empezar chequear tu protección solar! Seguí leyendo y te explicaremos cómo proteger la piel de las manchas oscuras relacionadas con la exposición al sol.
¿Qué son las manchas oscuras?
La mayoría de nosotros pasamos las semanas previas a nuestras vacaciones soñando con el sol, el mar, la arena y ese escurridizo bronceado uniforme, pero es posible que traigas a casa algo más que un resplandor del sol. A largo plazo, si no proteges adecuadamente tu piel cuando está expuesta al sol, tu cutis puede quedar con pecas o manchas de distintos colores, una forma de hiperpigmentación.
Técnicamente conocidos como lentigos solares, estas manchas se producen como resultado de la sobreexposición a los rayos UV del sol. Entonces, ¿qué sucede debajo de la superficie de la piel cuando estas manchas solares comienzan a formarse? Demasiado tiempo en el sol hace que el cuerpo aumente su producción de melanina, el pigmento que protege la piel contra el daño relacionado con la radiación UV. Al igual que los lunares o las pecas, las manchas solares se producen cuando estos grupos de melanina se unen.
Si bien no son perjudiciales para la piel, estas manchas oscuras tienden a aparecer a partir de los cuarenta años en adelante, cuando otros signos de daño solar también comienzan a notarse. En otras palabras, es mejor prevenir que curar, así que empezá a proteger tu piel ahora, ¡antes de que sea demasiado tarde!
Los mejores consejos para proteger la piel contra la hiperpigmentación
¿El primer paso para evitar manchas oscuras? Asegurate de haber elegido el protector solar correcto para tu tipo de piel. Los cutis extremadamente pálidos deben optar por FPS 50+, mientras que los de piel clara a mediana deben optar por al menos FPS 30. Los tonos más oscuros de la piel por lo general pueden usar FPS 15, pero independientemente de la fuerza de tu protector solar, es crucial que vuelvas a aplicarlo tantas veces como lo necesites todo el verano. Durante el resto del año, debes usar al menos FPS 15 para protegerte contra los rayos UVA.
Como regla general, multiplicar tu FPS por la cantidad de tiempo (en minutos) que tiende a transcurrir antes de que tu tez muestre signos de exposición al sol es un buen indicador de cuándo deberías volver a aplicar tu crema solar. Cuando estés en la playa o junto a la piscina, deberás volver a colocarte protector tan pronto como salgas del agua. Puede parecer mucho, pero los rayos UV que causan que la piel broncee, también son responsables de los efectos del envejecimiento provocados por el sol. Confiá en nosotros: ¡más es más cuando se trata de protección solar!