¿El azúcar es realmente responsable del envejecimiento prematuro? Junto con la dermatóloga y experta en piel, la Dra. Nina Roos, echamos un vistazo a algunos de los mitos más comunes sobre la dieta y el envejecimiento de la piel.
¿Cómo se relacionan la dieta y el envejecimiento?
Es verdad lo que dicen: sos lo que comés. La investigación ha demostrado que nuestra dieta tiene un papel importante que desempeñar no sólo para determinar nuestra salud en general, sino también para asegurar un futuro brillante para nuestra piel.
Si bien es fácil pensar que todo el azúcar es malo para la piel, es importante que no cortes todo el azúcar o los carbohidratos de tu dieta. Los azúcares naturales, como la glucosa, la fructosa (que se encuentran en las frutas) y la lactosa (que se encuentran en los productos lácteos), actúan como fuentes de energía para el cuerpo.
Los azúcares refinados, por otro lado, pueden afectar seriamente la capacidad del cuerpo para envejecer bien. Los estudios que se centran en individuos cuyas dietas presentaron altos niveles de azúcares refinados sugieren vínculos con la obesidad, las enfermedades cardíacas y el colesterol alto. Se encuentran en dulces, pasteles, galletas y bebidas gaseosas o refrescos, estos azúcares pueden dañar considerablemente nuestra piel, así como nuestra salud en general.
¿Cómo afecta el azúcar a la piel?
Le pedimos a la dermatóloga Dra. Nina Roos que nos explique cómo el azúcar puede afectar el futuro de nuestra piel. Nina argumenta que los niveles de colágeno de la piel se pueden debilitar significativamente si consumimos demasiado azúcar refinado, como resultado de un fenómeno conocido como glicación. Los estudios han demostrado que la fructosa y la glucosa, dos de las moléculas más comunes asociadas con los alimentos azucarados, trabajan para "enredar" la estructura inherente de las células de colágeno, haciéndolos más difíciles de reparar. También se ha demostrado que ciertos métodos para cocinar alimentos, como asar a la parrilla y freír, aceleran el proceso de glicación en las moléculas de los alimentos.
Además, Nina dice que este proceso no solo se lleva a cabo en la cara, sino que todo el tejido de la piel del cuerpo sufre como resultado de este proceso. Esto da como resultado una pérdida de firmeza que puede dejar que las arrugas parezcan más pronunciadas, especialmente en áreas donde la piel es más delgada (como el contorno de los ojos). Cuando se combina con otras formas de estrés en la piel, como la deshidratación y el daño por radicales libres, los efectos pueden ser sorprendentes.
En conclusión, es importante prestar atención a la dieta, estilo de vida, medio ambiente y cuidado de la piel para ayudar a que la piel sea lo más jóven y sana posible. ¿Estás lista para empezar a tener hábitos saludables?