La rutina de cuidado de la piel deben adaptarse a la época del año; y el invierno es una de las estaciones más duras para nuestra epidermis. ¡No te pierdas los consejos!
Bajas temperaturas, viento, calefacciones, falta de humedad… Estos son algunos de los principales agentes que, sumados a la polución, pueden hacer que la piel sufra la temporada más fría del año. Para evitar los daños, la hidratación es fundamental ya que garantiza la fuerza de la barrera protectora natural.
Cuando la piel pierde agua, las grasas que viven en ella no pueden atrapar y retener tan fácilmente el agua. Por este motivo, aparece una sensación de tirantez y sequedad, e incluso descamación o grietas. Entonces, ¿qué hacer en el invierno para evitar estos daños?
Elegir los productos correctos. Hay que buscar fórmulas hidratantes con ingredientes que regeneren la barrera cutánea. También es importante elegir texturas ligeras para pieles grasas y mixtas, y las más untuosas para pieles secas.
Sumar agua termal. Si bien está asociada al verano, el agua termal aporta frescura e hidratación que te ayudará a aliviar la tirantez de tu piel.
Incluir antioxidantes y vitamina C que ayudan a mantener la piel más joven y luminosa. No solo en productos para la piel, sino en alimentos que contengan estos ingredientes altamente beneficiosos.
El protector solar es clave. Además de protegerte de los rayos del sol, previene envejecimiento prematuro y manchas.