Seguramente has oído hablar de la magia del retinol para tratar las líneas de expresión de nuestra piel. Te contamos de qué se trata este activo y cómo actúa sobre tu piel.
El retinol es un activo derivado de la vitamina A que está presente de manera natural en la piel. Si pensamos en sus principales beneficios, sabemos que estimula la renovación celular en la base de la epidermis y evita que las células nuevas envejezcan demasiado rápido. Además, colabora con la producción natural de colágeno y ácido hialurónico, combate las arrugas o manchas y reduce el tamaño de los poros.
El retinol, que es la propia vitamina A en forma de activo cosmético, pertenece a la familia de los retinoides. Estos pueden de venta pública (en cremas, lociones o cosméticos) o bajo receta en tratamientos específicos o preparados farmacéuticos que son mucho más fuertes y pueden irritar la piel. Por este motivo, antes de aplicar el retinol - o cualquier producto que lo contenga - es importante consultar con un especialista sobre su uso y escuchar los consejos de los expertos, sobre todo si tienes la piel sensible.
Este activo es altamente eficaz para combatir los síntomas comunes del envejecimiento. Muchos estudios científicos han demostrado que el retinol mejora la textura de la piel (reduciendo las arrugas y pliegues), uniformiza el tono y aclara las manchas de las pieles más maduras y colabora con la firmeza de la dermis. Además, incrementa los niveles de humedad y cierra los poros, lo que hace que la piel se mantenga hidratada. Tiene un efecto antioxidante que previene el estrés oxidativo y favorece la renovación celular.
¿Cómo actual el retinol y cómo usarlo?
Penetra en la capas profundas de la piel y estimula el colágeno y la elastina; esto lo vuelve implacable en materia de mejora del aspecto de la piel. Al colaborar con el proceso de renovación celular, las nuevas capas de piel son luminosas, más suaves y tersas.
Comienza con la aplicación de una a dos cantidades del tamaño de un garbanzo antes de acostarte, teniendo cuidado de evitar las esquinas, los ojos, la nariz y la boca, así como los párpados superiores. Ten en cuenta que el sol y la exfoliación no se llevan bien con el retinol y pueden causarte irritación.