A continuación te contaremos en qué se diferencia la caída con el debilitamiento capilar, cómo distinguir cada caso y cómo tratarlos. ¡No te lo pierdas!
Pérdida de cabello
¿Las causas? Esta condición puede darse por múltiples razones. La principal es la influencia genética, es decir, la herencia que arrastra nuestra composición capilar. En segundo lugar, es fundamental el papel que juega la alimentación y cuidado de nuestras fibras capilares.
En un escalón más abajo, son los hábitos y condiciones climáticas (como el tabaquismo y la polución) los que entran en juego. Existen situaciones aleatorias, como el estrés o la fatiga, que pueden llevar a un desbalance hormonal y provocar una abrupta caída del cabello.
¿Cómo detectarlo? Antes que nada, es importante destacar que todos los días perdemos naturalmente varias fibras capilares, pero también se regeneran en proporción similar. El problema radica cuando la pérdida es superior a la cantidad que se regenera.
Científicamente, se considera que hay un problema en la pérdida de cabello, cuando se caen más de 100 fibras por día. Si notás que en tu cepillo queda más pelo que el habitual, o cuando te bañas notas que quedan mechones en la bañera, entonces es momento de que vayas a hacer una consulta médica para que evalúe tu condición.
¿Cómo combatir la caída? El cabello necesita vitaminas A, B, C y minerales como el hierro, cobre, zinc, biotina y ácido fólico. Podés encontrarlo en alimentos como hígado, lácteos, arroz, frutas cítricas, legumbres, hojas verdes, frutos secos, espárragos y brócoli. Lee atentamente las etiquetas de los alimentos y asegurate de incluirlos todos los días en tu alimentación.
Debilitamiento
Es la reducción de fibras capilares. El grosor del pelo se afina y, a diferencia de la caída, esta condición se da de manera gradual y progresiva. Esto es más difícil de revertir, debido a que la composición de cada fibra se ve afectada.
¿Por qué ocurre? Básicamente por las mismas razones que la caída pero, en este caso, el cuidado -o la falta del mismo- juega un papel mayor que en la pérdida abrupta.
¿Cómo detectar un pelo débil? El cabello fino tiende a ser más flexible, se aplasta más fácil y es más propenso al quiebre y resequedad. Es difícil de sujetar peinados con el pelo fino por la falta de volumen y firmeza. Al tacto, el grosor y textura de los cabellos en la parte superior de la cabeza son más finos que los de la parte inferior.
¿Cómo combatirlo? Sí o sí es necesario consultar a un especialista y hacer un tratamiento al respecto. Suelen recetarse suplementos dietarios a base de hidrolizados de proteínas y aminoácidos para ayudar a la síntesis de la queratina, vitaminas y minerales. Muchas veces puede deberse a una alteración en la glándula tiroidea.
Más que nunca es fundamental prestar atención al cuidado: evitá atarte el pelo y cepillarlo con fuerza, estrujarlo con la toalla y debes protegerlo de factores climáticos con sombreros o pañuelos.
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